Las historias vinculadas al Diablo -el malulo, el coludo, don Sata- abundan en las otroras tierras de La Quintrala. Petorca, que en mapudungun significa picotazo, tiene un pasado ligado a la minería y a sus supersticiones. En dicho valle todavía existen múltiples yacimientos de oro y cobre que en siglos pasados fueron el principal sustento de su población.
También su historia es cercana a la religiosidad, pues en 1620 los jesuitas se instalaron en la zona y construyeron la famosa Iglesia de la Merced (1640).
Según la leyenda local, fueron precisamente sacerdotes de esta congregación quienes persiguieron varias veces al demonio por esos lares y en una ocasión éste escapó hacia los cerros a través de una escalera de piedra que luego dejó al revés para que no lo pudieran alcanzar.
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